En una tarde nublada y fría, dos niños patinaban sin preocupación sobre una laguna congelada. De repente el hielo se rompió y uno de ellos cayó al agua. El otro cogió una piedra y comenzó a golpear el hielo con todas sus fuerzas, hasta que logró quebrarlo y así salvar a su amigo. Cuando llegaron los bomberos y vieron lo que había sucedido, se preguntaron: “¿Cómo lo hizo? El hielo está muy grueso, es imposible que haya podido quebrarlo con esa piedra y sus manos tan pequeñas...” En ese instante apareció un anciano y, con una sonrisa, dijo: “Yo sé cómo lo hizo”… “¿Cómo?” – Le preguntaron– “No había nadie a su alrededor para decirle que no podía hacerlo”.
¿Qué hubiera sucedido si esos niños se encontraban con sus padres? ¿Si los adultos se hubieran preocupado por volver a sus casas a traer las herramientas adecuadas o llamar a los bomberos y la ambulancia antes de sacar al niño del agua helada? ¿Si al ver que el niño pretendía romper el hielo lo hubieran apartado por temor a que también resbalase? Definitivamente el final de la historia no fuera tan feliz…
Tener la capacidad de solucionar problemas a todo nivel es además de una necesidad, un arte, que abarca conocimientos, habilidades, actitudes y sobre todo experiencia. Cuando nos enfrentamos a ellos son pocas las veces que recurrimos a ideas creativas para solucionarlos y menos aún para hacerlos “trabajar” a nuestro favor. Los problemas siempre deben tratarse con mucha pompa y la creatividad para solucionarlos resulta ilógica para muchos.
Hablando desde el punto de vista empresarial, existe una técnica sumamente útil para solucionar problemas conocida como “Seis Sombreros para Pensar” cuyo autor el Dr. Edward de Bono, quien además es inventor del proceso sistemático de pensamiento lateral; define como una técnica para superar crisis. Los seis sombreros representan seis maneras de pensar y se deben considerar como direcciones de pensamiento más que como etiquetas para el pensamiento. Esto quiere decir que los sombreros se utilizan proactivamente y no reactivamente.
El método promueve mayor intercambio de ideas entre más personas, separando el ego del desempeño. Cualquiera es capaz de contribuir a la exploración sin afectar el ego de los demás puesto que todos están utilizando el sombrero amarillo o cualquiera otro. El sistema de los seis sombreros fomenta el desempeño y la eficiencia más que la defensa del ego. Las personas pueden contribuir bajo cualquier sombrero aunque inicialmente hayan sustentado un punto de vista opuesto.
El sombrero blanco tiene que ver con hechos, cifras, necesidades y ausencias de información. El sombrero rojo tiene que ver con intuición, sentimientos y emociones, le permite al participante exponer una intuición sin tener que justificarla. El sombrero negro se utiliza para señalar por qué una sugerencia no encaja en los hechos, la experiencia disponible, el sistema utilizado, o la política que se está siguiendo, debe ser siempre lógico. El sombrero amarillo tiene que ver con la lógica positiva, debe ser utilizado para mirar adelante hacia los resultados de una acción propuesta, pero también puede utilizarse para encontrar algo de valor en lo que ya ha ocurrido. El sombrero verde es el sombrero de la creatividad, alternativas, propuestas, lo que es interesante, estímulos y cambios.
Finalmente, el sombrero azul es el sombrero de la vista global y del control del proceso. No se enfoca en el asunto propiamente dicho sino en el 'pensamiento' acerca del asunto.
Todo este trabajo puede complementarse eficientemente con otra técnica propuesta por el mismo autor conocida como “Seis Pares de Zapatos para la Acción”. Esta consiste en actuar de acuerdo a la situación logrando identificar así la solución más adecuada y el mejor curso de acción a seguir. Lo interesante de esta técnica es que se pueden combinar zapatos y enfrentar situaciones con un zapato formal azul marino y una pantufla rosa.
Los zapatos formales de color azul marino abarcan la forma de actuar relativa a la rutina y los procedimientos formales, las zapatillas grises se relacionan con la exploración, la investigación y la reunión de evidencias y su propósito es conseguir información, los zapatos marrones recogen comportamientos relativos a mostrarse con iniciativas, pero siendo flexibles, razonables y prácticos, las botas de goma naranja deben utilizarse cuando se requiere acción en la emergencia. La seguridad es la preocupación principal, las pantuflas rosa se relacionan a la forma de actuar que sugiere ternura, compasión y atención a los sentimientos y sensibilidades humanas y las botas de montar púrpuras han de utilizarse cuando se necesite autoridad, liderazgo y mando.
Ahora, cuando tenga algún problema trate de buscar soluciones desde todos los ángulos no sólo desde el obvio, analice todas las ideas por más ilógicas que le parezcan; se sorprenderá de los resultados que obtendrá. Recuerde que todo problema por más difícil que parezca tiene solución.